En un
avión particular, portaba 4 pasajeros, uno presidente, uno profesor
universitario, un pastor y un vagabundo.
Durante
el vuelo, ha ocurrido un accidente, entonces el piloto tuvo la obligación de
comunicar a los pasajeros del peligro que estaban teniendo, pero, cuando se preparaban
para salvar la vida con el paracaídas, se encontraron con un pequeño gran
problema: sólo había 3 paracaídas para 4 pasajeros.
En este
momento entre la vida y la muerte, una situación caótica y peligrosa, ya es
suficiente para ver el corazón verdadero de cada uno.
Primero,
el presidente se levantó y dijo: “Soy un presidente, el pueblo necesita de mí,
obviamente que necesito un paracaídas.” Luego de hablar, tomó uno y saltó.
Luego, el
profesor universitario dijo: “Soy una persona con conocimientos e importante,
los alumnos necesitan de mí, obviamente que esta segunda paracaídas es para mí.”
Le dijo despaciosamente al pastor: “Tómate la última paracaídas, ya que este
vagabundo no sirve para nada, no le hagas caso.” Con mucho apuro, agarró un
paracaídas y saltó.
El pastor
pensó meticulosamente, siempre dice que hay que amar al prójimo como a sí
mismo, entonces, le dijo al vagabundo: “Tómate la última paracaídas, yo he
entregado mi vida a Dios.”
Este
vagabundo medio dormido, se “despertó” y dijo: “¡Ah! Hay 2 paracaídas aquí,
justo uno cada uno.”
Había
sido que, el profesor universitario se había confundido el paracaídas con la
mochila del vagabundo.
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