El
primero, quien habló, era un doctor de astronomía, después de exponer varios
testimonios de la ausencia de las almas y espíritus, dijo en voz alta: "Observé el universo a través del
telescopio durante 20 años, pero nunca he visto a ningún espíritu, por eso no
existe de ninguna manera". Luego el público le dio un aplauso tan fuerte como el trueno.
El segundo, quien habló, era un doctor
de medicina, después de exponer varios motivos de que el ser humano no posee
espíritu ni alma, dijo otra vez: "He diseccionado más de cien cadáveres
humanos, observando cada parte, y nunca he encontrado algún lugar donde esté el
alma y espíritu. ¿En el corazón? ¿En el cerebro? ¿En la sangre? Luego de diseccionar
varias veces, nunca lo he visto, por eso no existe el alma ni espíritu". También se escuchó
muchos aplausos del público.
La tercera, quien habló, fue una doctora
en filosofía moral, ella dijo que la muerte humana es como la extinción de las
luces, solución a todo muriendo, no existe el paraíso ni el infierno en
absoluto, tampoco juicio de la vida eterna. He leído escrituras famosas sea
occidentales u orientales, desde la antigüedad hasta la actualidad y no encuentro
ningún registro sobre aquello. Luego de hablar, el público le dio un fuerte
aplauso.
Los tres doctores tenían una elocuencia
dura y cortante, las cuales quedaron sin duda, cada uno tenía su motivo,
también tenía sentido, no tenía casi ninguna falta. Entonces, luego de un largo
rato, nadie los refutó. Cuando estaba por llegar la victoria de los tres
doctores, una señora del interior, subió al escenario y le preguntó al primer
doctor: "Observando el universo a través del telescopio durante 20 años, ¿has
visto el viento? ¿Qué forma tiene?" "¿Cómo se puede ver el viento durante el
telescopio?" "Hay o no viento en el mundo, no se puede ver durante el telescopio, pero
no puedes decir que no hay viento. Si no se puede ver el viento, menos aún a
Dios y espíritus." Luego de escuchar, el doctor se quedó sin palabras.
En el instante, se dio la vuelta y le
preguntó al segundo doctor: "¿Le amas a tu esposa?" "¡Sí la amo!" "Entonces préstame tu cuchillo, el cual utilizas para las disecciones,
cortaré tu cuerpo para ver dónde está ese amor que tienes tú hacia tu esposa,
¿en el hígado? ¿En el estómago? ¿O en el intestino?"
Cuando la señora se dio una vuelta y quiso
hacer una pregunta a la doctora de filosofía moral, no pudo encontrarla, porque
ya ha escapado.
Mientras la señora le interrogaba al
segundo doctor, ésta ya ha huido.
Luego de decir eso, el público soltó una
risotada y no creyeron más en las palabras de los 2 doctores.
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