sábado, 20 de octubre de 2012

Un libro de cuentas para quemar


        Este año, participé en la evaluación del premio para el apoyo en medicina, cada persona que gana ese premio tuvo un hecho conmovedor.
        Un ganador de este premio, quien ya falleció hace 30 años, nativo de Chia-Yi, una ciudad situada al sur de Taiwán. Ha consiguió un título de doctor de medicina en Japón, luego, cuando volvió a Taiwán, los caballeros del districto Tai-Ton (Este de Taiwán) le invitaron a realizar su carrera en un lugar retirado, porque ahí la gente es muy pobre y casi no hay buenos doctores que vayan ahí.
        Este doctor era cristiano, por eso aceptó de inmediato esta invitación y trabajó hasta su muerte en ese lugar retirado. A él casi no le importaba el ingreso, los pobres no podían pagar, pero él igual los curaba, y en cada año nuevo, quemaba sí o sí el libro de cuentas.
        En el libro de cuentas estaban registrados el monto de dinero que los pobres no podían pagar; él quemaba el libro de cuentas, significa que él se olvidaba totalmente de las cuentas no pagadas. Él no pudo ir para recibir ese premio y cuando su familiar se fue a retirar, hablando de este asunto, se conmovieron mucho.
        En realidad, cada uno tiene un libro de cuentas que quemar, pero no precisamente está escrito el monto de dinero que nos deben, sino también, los errores que los otros cometieron hacia nosotros. Y este libro está en la mente de cada uno, todos nosotros deberíamos quemar ese libro, para olvidar las cosas tristes que nos pasó.
        Las guerras en las penínsulas de Parkan, ahí hay un libro de cuentas que quemar, donde está registrado los choques y peleas entre los serbianos y el reino otomano, también los odios y rencores entre ellos. Ciento de años, los serbianos recuerdan muy bien cómo fueron vencidos por los musulmanes, para ellos, esto es una vergüenza muy grande y marcada en su corazón, motivo por el cual no dejan que Kosovo se independice.
        Si el rencor y odio de las historias no se borran, en cualquier gobierno, sólo podrá haber paz por un determinado periodo de tiempo y no la paz eterna.
        Cada uno de nosotros, si o si sentimos que los otros nos defraudaron, también muchas veces no podemos perdonarles, si deseamos la paz del mundo, deberíamos quemar esos libros de cuenta donde están los odios y rencores, para que nadie deba algo a nadie.

1 comentario:

  1. Uff que fuerte!! realmente me toco y lo pondré en práctica!! Hermosa publicación Cristina!!! :)

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